Los tres pasos del despertar de consciencia
No vemos lo real. Nuestra vida parece ocurrir delante nuestro. Ocurren situaciones, vemos hechos, percibimos cosas que no nos gustan otras que sí nos gustan. Ahora, te pregunto, amado lector, ¿hay algo más? ¿Qué crees? Vemos relaciones que pasan, ideas, situaciones, ¿pero qué hay detrás de todo esto? ¡Eureka! Si lo has notado, vamos bien. Lo que hay es una consciencia que reconoce todo esto.
Esta consciencia es la que recibe, percibe y observa todo lo que es. Esta consciencia está ahora dentro tuyo y es la que te permite este instante presente. La consciencia no es la que lee, es la que recibe. Observa la consciencia un momento, pues ahora te mostraré tres pasos para su despertar, pero si me sigues, esto ya está ocurriendo.
Primer paso: No soy lo que pienso
Veamos tres pasos que puedan guiarte a este despertar. En espiritualidad, despertar se le llama a la liberación de la atadura del “yo ilusorio” o ego, en el que la humanidad ha acostumbrado a vivir durante gran parte de su existencia.
Ahora, ¿qué significa ego? El ego es aquella parte de la mente que imagina algo por fuera de Dios, por tanto, sueña un mundo que no existe y trata de realizarlo. Al rendir el ego, ese mundo desaparece y lo que se ve es la pureza de lo que realmente existe ahora. Para ello, debemos dar el paso número uno: reconocer que no soy lo que pienso.
¿Cómo funciona esto? Es simple. Si observas tu pensamiento un momento, verás que una vez que el pensamiento pasa, tú sigues aquí pero el pensamiento no. Los pensamientos son pasajeros, NUNCA SON REALES. Esto implica que puedes vivir sin ese pensamiento, pero el pensamiento no vive sin ti. Por tanto, no se trata de no pensar, sino de reconocer que no eres lo que piensas, que lo que piensas es algo que sólo sucede, así como sucede el calor y el frío en tu piel.
Este primer paso es fundamental y es el más desafiante, pues estamos tan apegados a lo que pensamos, tenemos tal fe en que nuestro pensamiento es real, que aquí, al soltar esto, suele ocurrir uno de los milagros más poderosos para un ser humano: la desidentificación del ego. Esto lleva a una liberación de tal magnitud que es normal que se desate un gran llanto al reconocerlo.
Por ello, una vez más, te invito a observar ahora tu pensamiento. Míralo aparecer y míralo desaparecer. Reconoce este paso y una vez realizado, acompáñame, pues nos dirigimos ahora al paso dos.
Segundo paso: No soy el que hace
Al reconocer de manera simple que no eres lo que piensas, puedes ver algo fundamental. Aquí también recurriré a tu propia experiencia, pues ahora, mientras lees, estás experimentando. Nada te impide experimentar esto que te muestro, corroborarlo y comprenderlo con toda claridad ahora.
Lo importante para este segundo paso es que observes tu cuerpo mientras lees. Tu ojos se mueven, tu cuerpo va haciendo pequeños movimientos con las piernas o los brazos, pero mientras esto ocurre tú no estás haciendo nada. Todo esto simplemente ocurre mientras lees. Esto implica que el cuerpo de manera automática realiza los movimiento.
Si puedes ver esto, verás un milagro del cuerpo. Éste está ahí, haciendo lo que se requiere mientras tú disfrutas del espectáculo. No eres el que hace, sólo observas. Si te pica alguna parte del cuerpo, te descubres que tu mano rasca esa zona, pero ¡no has pensado nada! Sólo ocurre. Observa esta ocurrencia natural y verás la naturaleza del cuerpo y la belleza que hay en esto.
El dar un paso más es reconocer esto en todo momento. El cuerpo está ahí: camina, se mueve, come. Sin embargo tú lo observas. Eres el testigo privilegiado de lo que hace el cuerpo, pero no eres el cuerpo. Este respira, late, digiere sin que hagas nada. Puedes obviamente tomar decisiones que el cuerpo hará, pero tú no las haces, ocurren. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Hay un gran secreto aquí y espero que puedas descubrirlo.
Tercer paso: Soy lo que es
Entonces vimos que no soy lo que pienso, no soy el que hace. ¿Quién soy?, es la gran pregunta. Y la respuesta es clara: Eres lo que es. No necesitas interpretaciones o grandes disquisiciones filosóficas. Eres lo que es ahora. Observa esto también. Date un momento de mirar ahora lo que es. Lo que es es lo que eres. No hay nada más allá que lo que es ahora, tampoco hay nada menos.
Aquí es donde la consciencia se despierta de su sueño del pensamiento y de su sueño del hacer para ver lo que hay. Observa sin juzgar. No te detengas en los pensamientos, pues no eres lo que dicen. No te centres en lo que el cuerpo hace, pues esto ocurre solo. Observa lo que es. Si me sigues, sentirás un brillo en la existencia. Una gran claridad o satori, como se le ha llamado en el zen. Sólo eres lo que es, el resto no existe más que como un teatro para tu consciencia. Esto es lo que se ha llamado Amor, Dios, Verdad, Luz. Sólo observa. Quédate aquí. Reconoce lo evidente. Tu consciencia ahora está despierta. Y desde dentro sentirás el poder de estas pocas palabras.
El despertar siempre ha sido simple. Sólo recuerda estos pasos cada vez que sientas que lo pierdes y la claridad será cada vez mayor. El momento del despertar a la consciencia ha llegado. Y no necesitas más que verlo ahora en ti.